Si vas a la feria del norte del país
donde el viento sopla fuerte, cerca de la frontera
dale recuerdos a una chica que vive allí
ella fue un verdadero amor para mí.

Bob Dylan

 

     Conocí su música –antes aún sus letras- cuando apenas tenía catorce o quince años. Muchas veces he pensado en dedicarle una escultura como homenaje personal a este gran poeta que tanto me ha dado desde entonces. Así nació esta obra, como un tributo a Bob Dylan. Por algún motivo que no sabría explicar, esta canción, grabada en 1963, es la que más me gusta de todas cuantas ha compuesto.

    Cuenta la leyenda que cuando el joven Robert vivía aún en una lejana y fría ciudad del norte, tenía una novia. Ella le había invitado a celebrar la cena de acción de gracias con su familia. En el último momento el padre de la joven se niega y la invitación se cancela. Solo y decepcionado, esa misma noche, Bob coge su guitarra y emprende el camino, bajo la nieve, rumbo a Nueva York.

    ¿Qué hay de cierto en esta romántica historia? Qué más da. Pocos años después aparece esta maravillosa canción.

    Ahora, cuando contemplo la escultura, pienso que en realidad se trata más bien de un homenaje a la muchacha de la que nos habla en la canción. Tal vez todos hayamos tenido -o al menos soñado- un amor como este: el amor de una joven que no pudo, o no supo, o no quiso, compartir con nosotros un camino, acaso absurdo e insensato, y que aún hoy no sabemos si llevará a alguna parte. Un camino sin retorno a través de la nieve, que nos consuela llamar arte. Y esa joven, en realidad, no es sino una parte de nosotros mismos: la parte que tuvimos que dejar atrás como precio a nuestra osadía.

    Ella mira nuestros pasos perdidos a lo lejos. Nosotros la miramos sin volver la cabeza, tan solo basta con cerrar los ojos un momento.

          Él piensa en ella a menudo.
          Ella sabe que no volverá.
          Él se marchó, solo, una noche de invierno;
          Ella no pudo seguirle.
          Él hubo de marcharse solo, aquella larga noche de invierno;
          Ella no quiso.
          Él pudo marcharse, solo aquella noche. Ella no supo.
 

Volver a Conjunto escultórico

La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
La chica del norte
Detail Download
 
 
Powered by Phoca Gallery